Las alfombras, esos elementos imprescindibles de los hogares, forman parte del ambiente, al igual que un cuadro, un mueble o las cortinas. Por eso hay que prestar atención a la hora de elegir las adecuadas para que el tándem decorativo de nuestro hogar sea el indicado. Desde Qechic queremos darte algunas ideas para que puedas introducir alfombras en tus estancias y transformarlas por completo con el estilo que buscas.
A la hora de elegir este complemento debemos tener en cuenta principalmente tres factores, el tamaño, el tejido y los colores. Esto será decisivo antes de que te lances a elegir tus alfombras.
Antes de hacernos esta pregunta hay que tener en cuenta el espacio. Las alfombras se pueden introducir en el salón, comedor, pasillo, recibidor, dormitorios, cocina, baño e incluso en exteriores.
Si nos centramos en la estancia donde es más común encontrarlas, el salón, la regla principal es que este elemento debe delimitar la zona de los sofás por completo. Es decir, la alfombra deberá estar debajo de estos y de la mesa de centro. Así el espacio de salón estará bien marcado.
Al igual que si optamos por colocar una alfombra en la zona de comedor, esta deberá cubrir el espacio de la mesa y de las sillas, abarcando un hueco extra para permitir el movimiento.
Las alfombras que elegimos para los dormitorios deben ser más pequeñas y estarán destinadas a los laterales de la cama. Así, al acostarse y levantarse contaremos con una zona caliente y mullida.
Los modelos alargados son perfectos para pasillos, aportarán profundidad y recibirán a tus visitas con ese toque acogedor que aportan.
Antes de decidirte por un modelo u otro, debes tener en cuenta el resto de la decoración y sus tonos, algo común siempre que se introducen elementos decorativos.
Las alfombras suelen tener colores neutros que combinen con los tonos de la madera, con las paredes y con el resto de tejidos, como cojines o cortinas.
También debes contar con la luz de la estancia, ya que, dependiendo de la incidencia de esta, el color tu alfombra prevalecerá más o no. Además, deberás contar con el tránsito que tenga ese espacio, por ejemplo, para entradas o recibidores será mejor apostar por colores oscuros.
Los tonos tierra, grises u ocres serán los indicados para espacios clásicos y amplios, con decoración que siga esa gama cromática y que apueste sobre seguro. Si nuestra estancia es algo más reducida, podemos optar por alfombras con estampados étnicos o colores vivos para aportar amplitud y conseguir mayor dinamismo.
Las alfombras cumplen dos funciones, decorar y contribuir a conseguir un espacio acogedor.
Se convierten en un elemento que nos acompaña en el día a día, los niños juegan en ellas y su textura debe ser agradable al tacto y a la pisada.
Por eso, debes elegir una alfombra suave, mullida y de tejidos agradables para el salón o dormitorio. Además, no hay que olvidar su función de asilar térmicamente.
En este caso podrás elegir la lana, la moqueta o el algodón.
Si, por el contrario, la alfombra es para ubicar en un lugar de paso, debes tener en cuenta que evite posibles resbalones y no se ensucie con facilidad, ya que será lo primero que pisemos al llegar a casa.
Es aquí donde puedes apostar por alfombras fabricadas de fibras naturales como el yute y el esparto o el polipropileno, así no tendrás que preocuparte por su limpieza.
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